“Se puede ser joven, empezar ganando 1000 euros y acabar siendo millonario en un país que te ofrezca oportunidades para progresar. Ésa es la grandeza de las sociedades abiertas.”
“Las familias tienen que tener oportunidades para todo. Y el que aprovecha las oportunidades y trabaja y ahorra es el que sale adelanta.”
Más:
“Toda la vida he estado trabajando. He hecho dos oposiciones. A veces me ha ido mal, a veces me ha ido bien. Y he tenido suerte en la vida.”
Lo que decimos dice siempre más de nosotros de lo que a nosotros nos gustaría contar. Atentos: “toda la vida he estado trabajando. He hecho dos oposiciones”.
Es posible que no mienta y que de un currículo como el suyo solo considere trabajo los cinco años que dedicó a preparar la oposición de abogado del estado. Mienta o no, la frase revela que, posiblemente, su subconsciente sepa cosas que él prefiere ignorar: a saber, que las oportunidades, tal y como él las entiende, tienen mucho que ver con la familia –es nieto de un gobernador civil de la provincia de Teruel entre 1947 y 1954, y jefe de la V Zona de la Guardia Civil, e hijo de un farmacéutico procurador por el tercio familiar por la provincia de Teruel desde 1967 a 1971-, y que la suerte tiene mucho que ver con los amigos –es íntimo del expresidente de Gobierno, don José María Aznar López–. Es cierto que no es posible explicar al señor de Teruel y sus logros solo a partir de su familia y de sus amigos –sería injusto–, pero conviene no olvidarlo –sería un fraude–.
Seguimos:
“Creo en las sociedades abiertas. Creo en la competitividad económica.”
O sea, que la bondad de las sociedades abiertas y de la competitividad económica no son datos empíricos que cualquiera de nosotros pueda verificar, sino que resultan ser una cuestión de fe.
Lo que resulta tan molesto de los “liberales” españoles no son tanto sus convicciones como su falta de credibilidad y su inmensa cara dura: funcionarios hablando del libre mercado, presidentes a dedo de empresas ex–públicas hablando de la importancia de la iniciativa privada, aristócratas hablando sobre oportunidades y movilidad social, gobernantes de Navarra criticando la bilateralidad en las relaciones Cataluña–Estado, curas hablando del matrimonio, etc.
Un buen comprador examina al vendedor antes que la mercancía. Como votantes, estamos obligados a examinar de cerca al señor de Teruel antes que su discurso. No hay duda de que es un tipo listo. Puede, incluso, que pudiera proponer algunas medidas interesantes. Sin embargo, a la vista de su historial personal, haría bien en no ponerse como ejemplo.
1 comentario:
Vaya, vaya, con el señor de Teruel....
veamos como juegan las palabras...
Pensó uno: si me mato a trabajar no me forro, sólo sudaré la camiseta.
Dijo otro, estoy en política para forrarme.
y un tercero remata: yo ya estoy forrado, vengo a sudar la camiseta.
Hemos cerrado el circulo.
Sociedades abiertas..., ¿a qué o a quien?
Competividad económica...¿o economía competitiva?
Lo que no entiendo y me indigna (o me indigna por que no lo entiendo), es como el
que de verdad sólo consigue sudar su camiseta acaba votando al que esta forrado gracias a su sudor, o va a forrarse a costa del suyo. Por favor, más dignidad señores, que hasta dentro de otros cuatro años no tenemos oportunidad de al menos mostrar coherencia (votados y votantes, claro).
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