15/10/08

Dragoneando

Se puede decir de esta manera, por ejemplo:


Vamos, yo es que cojo el periódico y flipo. Es que todos los días viene la última parida del gili de turno para tocarnos las pelotas en los aeropuertos. Por nuestra seguridad dicen... ¡Que me descojono!

Y mira que yo soy educado con toda esa panda burros, ¿eh? Que a mi me dicen lo de quitarse el cinturón y me lo quito, que el colgate a una bolsita y a la bolsita que va, que el pintalabios de la parienta con el colgate y con el colgate que va, que me quite los zapatos y los zapatos que me quito. Y ni una mala cara, ni una mala contestación, que yo soy, antes de nada, un señor. Y eso que la chorrada esta no la hacen más que en Europa, que lo se de buena tinta, que ya te dice eso mucho de para qué cojones sirve toda esta puta parafernalia.

Cuando estuve en Nueva York en Semana Santa –que nos compramos de todo, que hay que aprovechar cómo está el euro–, ni caso hicieron del colgate los yankis del aeropuerto. Y un primo mío, que es muy de irse a la aventura, kilos de colgate podía meter en el sitio ese de donde salen las pateras. ¿Cómo se llama? ¿Cereal? ¡ah, no, eso: Senegal, Senegal! Y En China y Japón ni te cuento. Pero claro, en esos países sí que hay respeto, no como aquí.

Y todo esto por los cabrones de los ingleses, que son los que inventan todas estas mamonadas entre sorbo de té y bocado a las pastas. Cualquier día se lían a latigazos con uno de la que subes al avión. Y las de aduanas, disfrazadas de guardias de un campo de concentración. Al tiempo, ya verás...

Y todo esto es porque los ingleses follan poco y mal. Que vamos, eso lo sabe todo el mundo. Los franceses, que siempre han follado mucho y bien, no inventan estas hostias. Ni los inquisidores, que serían lo que quieras, pero antes que nada eran prácticos.

Es que de verdad, lo del avión es una tortura, coño. Si es que no se yo si no será violación de los derechos humanos toda esa mierda de los controles. A ver si se entera el Garzón este de los cojones y hace algo ya, que para otras cosas bien que se entera el cabrón. Que solo le falta la capa de superman. O la INTERPOL, que pa lo que hacen todo el puto día...

Si es que solo les falta arrancarnos la piel a tiras, coño, a ver si nos hemos cosido a la lorza un kalasnikov, o una batería antiaérea, no te jode. Capaces son. Al tiempo.

No se qué cojones he oído que es el último invento: no se qué de una onda que va por milímetros, o por microondas o algo así me suena, que no estoy seguro. Qué más dá: seguro que da urticaria la cabrona de la onda, o cáncer, vete a saber. O peór aún: ¡que no se te levante después! ¡Cualquier cosa te puedes esperar!

Impotente es como se siente uno frente a todo rollo, coño. A ver si nos dejan en paz de una puta vez, que encima no hacen más que dar la murga con eso del “si es por vuestro bien”. ¡Que nos dejen ya, coño! ¡Que nos dejen, que ya somos mayorcitos para conducir mamaos, hostia! ¡Asco de gente, coooooño! ¿Qué no tienen nada que hacer en su puta casa o qué? ¡Dejen ya de tocar los cojones, hombre! ¡Que ya somos ma–yor–ci–tos, entérense!

¡Que ya se yo que vivir es peligroso, hostia! ¡Que pa segura la “vida” de mi bisabuela, que hace ya cuarenta años que no le preocupa nada de este mundo más que las raíces de las flores que tiene encima!


O se puede decir de esta otra:

Desnudo integral


1 comentario:

rogersincero dijo...

Muy bien traído. Rigor al taxista como que da igual pedírselo pero al cronista... ¡jesús! ¡qué falta de profesionalidad! ¡si es que ya da todo igual! Y eso que muchas de las medidas de control de seguridad aeroportuaria me parece realmente estúpida. Saludos.