¿Y qué pasará en el futuro? Con respecto a este tema, me gustaría compartir con ustedes la idea de un buen amigo mío, el distinguido ecólogo argentino Dr. Gilberto Gallopin, que ha propuesto tres posibles versiones del futuro.
La primera es la posibilidad de la extinción total o parcial de la especia humana. la forma más obvia de que esto ocurra es a través de un holocausto nuclear, el cual, según sabemos, se basa en el principio de la Destrucción Mutua Asegurada. Pero además del holocausto nuclear, hay una serie de procesos actuales que pueden causar dicha situación: el deterioro del medio ambiente, la destrución de los bosques, la destrucción de la diversidad genética, la polución de los mares, lagos y ríos, la lluvia ácida, el efecto invernadero, la reducción de la capa de ozono, y otros.
La segunda posibilidad es la barbarización del mundo. Algunas características serían el surgimiento de burbujas de enorme riqueza, rodeadas de barricadas o fortalezas para proteger esa riqueza de los inmensos territorios de pobreza y miseria que se extienden más allá de las barricadas. Es interesante destacar que esta versión aparece cada vez más en la literatura de ciencia ficción de la última década. Es como la atmósfera de Mad Max, tan brillantemente descrita por los australianos en este film. Muchos de estos síntomas ya se encuentran en algunas actitudes mentales y en la existencia real de áreas aisladas para los muy ricos, que no quieren contaminarse visual, auditiva o físicamente con la pobreza. Un componente de esta versión será el resurgimiento de regímenes represivos, que cooperarán con las élites ricas e impondrán condiciones de vida cada vez peores para los pobres.
La tercera versión presenta la posibilidad de una gran transición –el pasaje de una racionalidad dominante de competencia económica ciega y de codicia, a una racionalidad basada en los principios de la solidaridad y el compartir-. Podríamos llamarlo el pasaje de una Destrucción Mutua Asegurada a una Solidaridad Mutua Asegurada. La pregunta es si podemos hacerlo. ¿Tenemos las herramientas, la voluntad y el talento para construir una Solidaridad Mutua Asegurada? ¿Podemos vencer la estupidez que hace que posibilidades como esa queden fuera de nuestro alcance? Creo que sí podemos, y que tenemos la capacidad. Pero no nos queda mucho tiempo.
Queremos cambiar el mundo, pero nos enfrentamos a una gran paradoja. En esta etapa de mi vida, he llegado a la conclusión de que no soy capaz de cambiar el mundo, ni siquiera una parte de él. Solo tengo el poder de cambiarme a mí mismo. Y lo fascinante es que si decido cambiarme a mí mismo, no hay fuerza policial en el mundo que pueda impedirme hacerlo. La decisión depende de mí, y si quisiera hacerlo, puedo hacerlo. Pero el punto fascinante es que si yo cambio, puede ocurrir algo en consecuencia que conduzca a un cambio en el mundo. Pero tenemos miedo a cambiar. Siempre es más fácil intentar cambiar a los otros. La enseñanza de Sócrates fue: “conócete a ti mismo”, porque sabía que los seres humanos tienen miedo a conocerse. Sabemos mucho de nuestros vecinos, pero muy poco sobre nosotros mismos. Entonces, si simplemente pudiéramos cambiar nosotros mismos podría darse la posibilidad de que algo fascinante pueda suceder en el mundo.
Espero que llegue el día en que cada uno de nosotros sea lo suficientemente valiente para poder decir, con toda honestidad: “soy, y porque soy, me volví parte de…”. Me parece que este es el camino correcto a seguir si queremos poner fin a una manera estúpida de vivir.
Desarrollo a escala humana.
Manfred Max-Neef